martes, 1 de marzo de 2011

LA ZAPATERA DE BARCELONA

Tengo un amigo en Barcelona que está enamorado de su zapatera. Hay varias posibilidades: o amor platónico, o crisis de los cuarenta, o que el olor a pegamento de la zapatería le coloca cada vez que entra. Cuando hablo con él siempre me saca el tema. Tenías que verla, me dice. A fuerza de escucharle, yo ya me he hecho una imagen bastante definida de la situación. Dice que no es joven, pero tampoco me la imagino con canas. Lozana, adjetivo éste un poco trasnochado pero que me encaja. Desenvuelta y carnal. Allí sentada, con las piernas abiertas dando martillazos a un tafilete, con tres clavitos prietos entre los labios, acalorada y con escote brillante y generoso. La veo mirarme, saludarme y levantarse para hablar. No es muy alta pero sí compacta. Huele a pegamento y jabón. No está mal, pienso.
Una vez oí a José Luis Albite decir que lo mejor del sexo es lo que uno se imagina. Es tan gozoso imaginar. Y gratis. Dentro de poco iré a Barcelona y ya tengo preparado un par de sandalias horribles que hace años que no me pongo. Creo que necesitan hebillas nuevas.

4 comentarios:

  1. Si por una de aquella casualidades no la encontraras o tu amigo hubiera conseguido acceder a la zapatera, tienes otra posibilidad en Barcelona que parece arrancada de tebeo de Barbie Superstar.
    Es la zapatera más "Osea" que he visto en mi vida. No dejes de visitarla, la encontrarás en la calle Calvet casi esquina con Mariano Cubí, allí tiene su "clínica del calzado". Posiblemente no sea tan voluptuosa como la de tu amigo, pero no dejarás de alucinar como está el sector de la cirugía reparadora del calzado, lo bien que lucen las mechas y lo que hace con un part de clavitos estas agradecidas mujeres del gremio del pie.
    Buen día

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  2. ... voy a buscar más zapatos viejos...

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  3. Me encanta lo que le ocurre a tu amigo, es una historia que me recuerda a El marido de la peluquera pero en versión prosaica :)

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  4. ...gracias..., por cierto, me encantó esa película...

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