martes, 24 de abril de 2012

CÉSAR A LA MEJOR ACTRIZ

Ayer fui al estreno de la primera obra de Colette, mi segunda esposa. Estaba claro que algún día iba a dar el salto definitivo al teatro. De niña, ya en el colegio, apuntaba maneras al ser siempre elegida como presentadora del festival de navidad. En la universidad, formó un grupo de poesía que pateaba los bares más divertidos de París. Después vino el cine, y en su tercera película recibió el César a la mejor actriz. El colofón a su carrera llegó ayer, en su debut en el Théâtre du Châtelet, donde cosechó una sonora ovación.
Y allí estaba yo, también aplaudiendo, acordándome de su mejor papel. Durante meses me las estuvo dando con una promesa de la interpretación. Tuvo que ser la prensa amarilla la que aireara el asunto. Fue portada un domingo de mayo de hace un par de años. Recuerdo que yo estaba con Angeline, mi amante por entonces, en un hotel de Cannes. ¡Lo que nos reimos viendo las fotos mientras desayunábamos en la habitación!

3 comentarios:

  1. Donde esté el desayuno con la de toda la vida...

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  2. Muy bueno amigo!! Esta noche, dentro de una hora y media precisamente comenzaré mi programa de radio leyendoun texto tuyo. Ya te enviaré la grabación. Abrazos

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  3. Tal cual , la vida misma...teatro puro teatro ¡¡
    Muy chulo.

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