lunes, 16 de abril de 2012

DESAPARECIDO

Desaparecí tal día como hoy hace justamente un año. Eran las siete de la mañana y estaba en la T4 de Barajas. Tenía una reunión en Zurich a primera hora. Desayunaba un zumo de naranja mientras hojeaba el Financial Times. En un segundo de distracción, levanté la mirada y vi a un tipo que me recordaba a mí. Bebía también zumo, y como yo, leía el periódico. Vestía el mismo color  de traje y los dos compartíamos marca de maletín de viaje. La cosa no hubiera tenido importancia si a su lado, en otra mesa, no hubiera habido otro igual a él, y por ende, a mí mismo.
Tres mesas más allá, otro igual a nosotros manipulaba su Blackberry, una Blackberry como la mía y como la de los otros. Por la escalera mecánica bajaba uno más, con idéntico traje sastre y corbata de la última colección de Hermés, igual que la mía.
Y allí estaba yo, rodeado de muchos como yo, todos iguales, gente apática de mirada huidiza, cuya única diferencia era el destino de nuestros aviones.
Entonces decidí hacerlo.
Lo único que recuerdo es que nunca llegué a la reunión de Zurich. Hoy, dicen, estoy oficialmente desaparecido. Fuera hace frío, pero aquí dentro estoy muy bien. El generador nuevo funciona perfectamente.

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