jueves, 13 de septiembre de 2012

LOS CALCETINES EJECUTIVOS

Es una señora mayor, muy mayor. Va vestida de negro, muy de negro. Huele a guiso. Acaba de subir al autobús con dificultad debido a su peso y al carro de la compra que la acompaña. Al verla, la he ayudado para que no cayera cuando arrancara el autobús. La he picado su billete y, resoplando, se ha sentado en el primer asiento libre que ha visto. Las piernas no le llegan al suelo. La falda, de tela de invierno, se le ha subido al sentarse y ha dejado al descubierto dos rodillas blancas y redondeadas, apretadas por debajo por la goma de los calcetines ejecutivos negros de su marido.

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