lunes, 26 de noviembre de 2012

EL LINGOTAZO

La noche del viernes la pasé en un box de un hospital de Valencia. El ímpetu con que tomé un lingotazo de tequila me produjo un esguince cervical mientras cenaba con unos amigos en un restaurante mexicano. Me quedé con los ojos muy abiertos mirando al techo mientras el tequila, aun sin tragar, salía despacio por la comisura de los labios y bajaba por el cuello hasta empapar mi camisa. El médico de guardia fue muy amable diciéndome: "Amigo, no ha sido nada, simplemente son los años. La próxima vez que vaya a hacerlo, procure calentar antes".
Y ahora estoy aquí, en los probadores del Decathlon, eligiendo frente al espejo el primer chandal que me voy a comprar en mi vida. Es patético.

martes, 20 de noviembre de 2012

COMPAÑERO DE VUELO

Ahora mismo tengo frente a mí a un tipo con perilla pidiendo que me baje los pantalones. El día ha comenzado en Madrid. He venido a Helsinki para asistir a una reunión. Iba en el avión preparando mi presentación cuando al pasajero de al lado le entraron ganas de hablar y me enseñó una foto de su mujer. Luego me dijo que acababa de ser padre y que volvía a Finlandia para conocer a su hijo. Llevaba un par de meses destinado en España. Hablaba sin parar. Irradiaba felicidad, tanta que se me llegó a contagiar. Me cayó bien, la verdad. Estuvimos todo el vuelo de risas. Al aterrizar, le bajé su maleta del compartimento y salimos juntos del avión. Caminando por el finger íbamos riéndonos. En la aduana pasamos sin problemas los arcos de seguridad, pero llegados a este punto todo se ha complicado. Un perro ha empezado a ladrar a nuestro lado. Dos policías nos han obligado a acompañarlos. Uno lleva perilla. La maleta de mi supuesto amigo está hasta arriba de coca y mis huellas están en ella. Así que aquí estoy, sentado en esta mesa, viendo como este tío espera que me baje los calzoncillos, intentando convencerle de que soy inocente, muy inocente.

lunes, 19 de noviembre de 2012

LA FOTO

Fotografía: Antonio Naranjo
Se giró justo cuando le estaba haciendo una fotografía. Me miró muy seria, dejó los pañuelos y cruzó la calle viniendo hacia mí. Me pidió que se la enseñara. ¿El qué? La foto, estúpido. Me cogió la cámara y se quedó un buen rato mirando la pantalla. Después, devolviéndomela con desgana, me dijo que se la enviara. Anote su mail y se la mandé nada más llegar a casa. 
Hoy he abierto mi correo y he visto un mensaje suyo. Me manda una foto en la que estoy yo comprando  un kilo de mandarinas en un mercadillo, vestido de chandal y con pelos de recién levantado. Se me ve parte de la barriga asomar bajo la camiseta y voy con chanclas. Doy pena, la verdad, y me ha dicho que la próxima vez que le haga una foto, publicará la mía.

domingo, 18 de noviembre de 2012

EL HORMIGUERO


Cuando yo era pequeño reté a mi amigo Santiago a ver quién de los dos aguantaba más con el dedo metido en un hormiguero.
¿Pares o nones? Perdió él, de modo que, tras varios amagos nerviosos, metió el dedo. Un ejército de bichos negros empez
ó a subirle por el brazo. Catorce segundos y el bueno de Santi empezó a correr por el jardín dando gritos y a sacudir el brazo enloquecido.
Llegó mi turno. Santi, con su Cassio preparado para cronometrar, me miraba con dudas. Yo no podía echarme atrás. Allá voy, dije, y cerré los ojos con fuerza.
Noté de pronto un cosquilleo que se extendía hacia arriba. Mentalmente iba calculando el tiempo de forma que, cuando llegué a catorce, ya me sentí ganador y quise dejar el record lo más lejos posible para que nadie de la pandilla me quitara ese honor. Noté que algo llegaba al cuello, bajaba por el pecho, la tripa y continuaba por las piernas. Comencé a gritar como si así fuera menor el suplicio. Al final, abrí los ojos cuando no podía aguantar el picor de la cabeza. Vi a Santi totalmente impresionado, incapaz de cerrar la boca, y detrás vi también a mi madre que corría hacia mí con la mano levantada.
¿Tu eres bobo o qué? y del guantazo que me dio, me tiró a la piscina. Miles de hormigas se quedaron flotando mientras Santi tirado en el césped se partía de risa.
Han pasado treinta y cinco años y nos seguimos riendo cada vez que vemos un hormiguero. Una noche, a las tantas, Santi me dijo que el record estaba a punto de caer...

viernes, 16 de noviembre de 2012

GIMENA CON G

René Magritte
Ayer me dio por andar de espaldas. Es incómodo, sí, pero me tranquiliza no mirar hacia delante. De vez en cuando me giraba para comprobar si el precipicio seguía lejos. Así conocí a Gimena con G, una chica estupenda que mira al mundo al revés, boca abajo. Nos hicimos amigos. Ella me avisa de cualquier obstáculo que se pueda poner en mi camino, y yo la digo si alguien nos sigue. Ha robado un banco y la persigue medio continente. Andando, se nos acabó el país y llegamos al mar. Por fin me di la vuelta y nos sentamos sobre el tapón de la bañera. A lo lejos vimos un barco y una isla. La isla se fue y el barco permaneció varado. Hoy, aquí pescando sin sedal, Gimena con G ha dejado de hacer el pino y ya no se le baja la sangre a la cabeza. Hemos hecho un fuego con papel timbrado y hemos decidido soñar un cuarto de hora. Después, cuando nos hemos dormido, hemos pensado en blanco. Al despertar, la isla ha venido a buscarnos. Os dejo, dicen que allí el  wifi está mal visto...

martes, 13 de noviembre de 2012

BASURA


Ayer volvía a casa a las dos de la mañana cuando el camión de la basura me taponó en una calle estrecha del centro. Cada veinte metros paraba para descargar contenedores. Yo, sentado en mi coche, alumbraba con los faros halógenos aquel espectáculo. Cientos de bolsas de basura trituradas que desaparecían de repente para pasar al más allá. Era hipnótico. Magnético. Al llegar al quinto contenedor, antes de que por fin quedara liberado, salí del coche y tiré el sobre con el informe médico.
Hoy en el trabajo todo el mundo me ha dicho que tengo mejor aspecto.

sábado, 10 de noviembre de 2012

YO ESTUVE ALLÍ

Imagen: Pierre Versailles
Ayer estuve viendo las películas de súper8 de mi infancia. Una de ellas era una obra de teatro en el colegio. Mi madre me había puesto unos leotardos marrones, un jersey verde de cuello alto y un verdugo a juego. Luego había cogido tres hojas del arce del jardín y me las había cosido al pecho. Hacía de árbol, y junto a otros niños formábamos un bosque. Debido a mi timidez, nunca me daban papeles de protagonista, de suerte que siempre me ponían al fondo, donde ni se me veía. Recuerdo los esfuerzos de mi padre por enfocarme con su tomavistas sentado en primera fila. Pero nada, ni un segundo se me ve en la película. Tan sólo al final se intuye una de mis manos, cuando una supuesta ráfaga de viento movía las ramas de los árboles.
En fin, no me he visto, pero sé que estaba allí y que era feliz.

martes, 6 de noviembre de 2012

AUDREY

Vacaciones en Roma
Vivo en Roma y cada vez que paso por la fontana de Trevi lanzo una moneda. No lo hago para volver, puesto que nunca me he ido, sino para que vuelva ella.

lunes, 5 de noviembre de 2012

UN TORERO CON GAFAS

Foto: Cuanto Hipster
Nunca pensé que llevar gafas me iba a impedir ser torero. El director de la escuela de tauromaquia vino a casa al día siguiente de formalizar la matrícula. Quería hablar con mis padres y aconsejarles que me sacaran la idea de la cabeza. Decía que las gafas no quedaban bien con la montera y que era ignominioso para un niño ser el primer torero con gafas de la historia.
Una fortuna gastaron mis padres en psicólogos hasta que consiguieron quitarme el trauma. Hoy, por fin,  ya lo he superado, aunque a veces me visto de luces para cuando los amigos vienen a casa.

domingo, 4 de noviembre de 2012

MI CARRERA DE ACTOR

Mi carrera como actor duró exactamente el tiempo que tardé en verla entre el público. Bastó descubrir su flequillo a lo garçon en la segunda fila para que se me olvidara el texto.  Abochornado, la busqué a la salida y la vi marcharse caminando por la acera con un tipo que llevaba una elegante gabardina de cinturón. Desde entonces escribo novelas, solo y en silencio; lo que sea con tal de no trabajar cara al público. En el capítulo de hoy, una joven francesa lo deja todo para volver a España y conocer a un actor del que se enamoró sin él saberlo.